El sistema de nombres de dominio (DNS, por sus siglas en inglés) es imprescindible para la marcha de cualquier negocio moderno. Estén donde estén, sean grandes o pequeñas, vendan los productos que vendan y pertenezcan al sector al que pertenezcan, las organizaciones de hoy en día utilizan el protocolo DNS para convertir nombres de dominio inteligibles para las personas (p. ej., www.paloaltonetworks.com) en direcciones IP que pueda usar una máquina (en este caso, 199.167.52.137). Sin DNS, tendríamos que memorizar cadenas numéricas aleatorias, algo nada fácil para el cerebro humano. De un lado a otro del mundo, toda empresa moderna depende del tráfico DNS, por lo que los operadores de red no pueden bloquearlo y los cortafuegos tienen que dejarlo pasar. Sin DNS, las redes no funcionarían como es debido.