Sus estrategias de ciberseguridad deben cambiar: ¿qué función desempeña la IA?

Sus estrategias de ciberseguridad deben cambiar: ¿qué función desempeña la IA?

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La inteligencia artificial se ha convertido en una fuerza determinante en la reconfiguración de sectores, como la salud, las finanzas o la logística. Pero quizá en ningún otro ámbito sea más evidente el potencial transformador, y el peligro inherente, de la IA que en el de la ciberseguridad. Es aquí donde la IA ha surgido como escudo y espada en la guerra silenciosa, pero implacable, contra los ciberadversarios. 

Sin embargo, a medida que las organizaciones se apresuran a adoptar la IA como piedra angular de sus estrategias de ciberseguridad, se plantea una cuestión crítica: ¿estamos realmente preparados para aprovechar su poder de forma eficaz o creamos vulnerabilidades sin darnos cuenta con la misma rapidez con la que las solucionamos?

Un nuevo arsenal para los defensores

Las capacidades de la IA son impresionantes por su velocidad y precisión. Los modelos de inteligencia artificial generativa (GenAI), alabados en su día por su capacidad para crear textos similares a los humanos, forman ahora parte integral de la detección de amenazas, analizando rápidamente océanos de datos con el fin de detectar comportamientos sospechosos.1 La inteligencia artificial predictiva, con su habilidad para identificar patrones, explora el horizonte en busca de posibles vulnerabilidades, mientras que la inteligencia artificial causal examina la interacción de factores que podrían indicar una amenaza en ciernes.

En Palo Alto Networks, hemos desarrollado Precision AI, un sofisticado sistema patentado que combina múltiples formas de GenAI, aprendizaje automático y aprendizaje profundo. Precision AI predice y bloquea los ataques en tiempo real, evolucionando junto con los adversarios. Se trata de una solución que promete no solamente defender, sino anticiparse; una capacidad esencial en un mundo en el que la velocidad de las amenazas solo es igualada por su variedad.

Para los CISO y los equipos de ciberseguridad, estas herramientas son un salvavidas. Frente a superficies de ataque cada vez mayores y recursos limitados, la IA ofrece una manera de ampliar el alcance, automatizar las tareas repetitivas y centrarse en las amenazas de alta prioridad. Es un multiplicador de fuerzas para equipos sobrecargados, capaz de hacer frente a los retos de la fatiga por alertas y de integrarse sin problemas en plataformas de ciberseguridad más amplias.

Pero mientras los defensores celebran estos avances, los adversarios no se quedan de brazos cruzados. Ellos también tienen acceso a muchas de estas mismas tecnologías, a menudo a precios sorprendentemente bajos. 

La IA en manos de los adversarios

En la Web oscura, la democratización de la IA ha proporcionado a los ciberdelincuentes un nuevo arsenal. Ya es habitual que los atacantes desplieguen la IA para sondear las defensas, explotar vulnerabilidades e incrustar exploits sofisticados que evaden la detección durante semanas. Las herramientas que antes estaban reservadas a los innovadores y los agentes bien financiados de los estados-nación ahora las manejan hasta los actores maliciosos novatos, que utilizan la GenAI para elaborar campañas de phishing convincentes o crear deepfakes que imitan a ejecutivos de empresas.

Las cifras dan que pensar. Según Gartner, los ataques maliciosos impulsados por IA se clasificaron como el principal riesgo emergente durante tres trimestres consecutivos en 2024.2 Mientras tanto, el 57 % de los profesionales de la ciberseguridad creen que los adversarios ya tienen ventaja para aprovechar la IA en su beneficio.3

Esta cruda realidad plantea una verdad incómoda: la misma tecnología que refuerza las defensas también acelera los ataques. La carrera ya no consiste en ver quién construye el mejor firewall, sino en ver quién supera a su adversario en una partida de ajedrez digital cada vez más reñida.

Implicaciones estratégicas para las organizaciones

Para las organizaciones, las implicaciones son claras. La IA no puede seguir siendo una herramienta aislada o un producto independiente; debe convertirse en un elemento fundamental de la estrategia de ciberseguridad. Y esa estrategia debe pasar de reactiva a proactiva; un cambio tanto de mentalidad como de metodología.

Para lograrlo, las organizaciones deben afrontar varios retos:

  1. Inversión selectiva en lugar de gasto desmedido
    La solución no consiste simplemente en invertir dinero en herramientas de IA. En su lugar, las organizaciones deben centrarse en inversiones que contrarresten directamente las tácticas de los adversarios, como la adopción de modelos de confianza cero, el refuerzo de la infraestructura y el respaldo de la seguridad con servicios de seguridad en la nube.
  2. Integración, no aislamiento
    El potencial de la IA se maximiza cuando se integra en plataformas de ciberseguridad más amplias que simplifican y unifican las defensas. A medida que la ciberseguridad se vuelve más compleja, la plataformización se vuelve esencial para reducir el riesgo, mejorar la eficiencia y lograr mejores resultados de seguridad.
  3. Operatividad de la IA para la resiliencia en tiempo real
    La IA debe ir más allá del potencial teórico y convertirse en un componente operativo de los flujos de trabajo cotidianos en materia de ciberseguridad. Esto incluye la automatización de la detección, respuesta y corrección de amenazas, junto con la alineación de los conocimientos impulsados por la IA y los planes de continuidad del negocio. 

¿Cómo triunfamos?

El futuro de la ciberseguridad no lo ganarán quienes solo adopten la IA, sino aquellos que la integren en su estrategia básica. Y la urgencia de hacerlo nunca ha sido mayor. En un mundo en el que los adversarios evolucionan a la velocidad de la innovación, la complacencia no es una opción.

La mayor fuerza de la IA reside en su dualidad. Es capaz de descubrir vulnerabilidades y adelantarse a las amenazas con una precisión sin precedentes. Mientras los defensores se apresuran a integrar la IA en sus estrategias, los adversarios la utilizan con la misma eficacia. Las organizaciones que triunfen en esta carrera armamentista digital serán aquellas que vean la IA no como una herramienta, sino como una fuerza unificadora de las plataformas de seguridad, las prácticas empresariales y las prioridades de liderazgo. 

Por lo tanto, esta acción exige algo más que inversión: exige una visión audaz y provocadora. Los directivos y ejecutivos deben defender la IA como piedra angular de sus estrategias de ciberseguridad, asegurándose de que se integre perfectamente en el tejido de la organización. El objetivo no es solo mitigar el riesgo, sino garantizar la adaptabilidad como última defensa.

Para leer más sobre lo que Anand tiene que decir, consulte sus artículos adicionales aquí.


Notas a pie de página

  1. “IA generativa en la ciberseguridad: un futuro optimista, pero incierto”, Enterprise Strategy Group, abril de 2024.
  2. “Una encuesta de Gartner muestra que los ataques maliciosos mejorados con IA son el principal riesgo emergente para las empresas por tercer trimestre consecutivo”, Gartner, noviembre de 2024.
  3. “La vida y los tiempos de los profesionales de ciberseguridad, volumen VII”, Enterprise Strategy Group, noviembre de 2024.

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