SD-WAN y VPN: ¿qué es mejor?
La tecnología SD-WAN gestiona la red WAN con métodos definidos por software para optimizar el enrutamiento del tráfico, mientras que la red VPN establece un túnel seguro entre dos puntos para garantizar la privacidad de los datos.
La tecnología SD-WAN proporciona control centralizado, flexibilidad y rendimiento mejorado para grandes distancias geográficas y se adapta a los distintos tipos y condiciones de tráfico. En cambio, las redes VPN se centran en cifrar las conexiones de internet para garantizar la confidencialidad de los datos, muchas veces basándose en un solo enlace para la transmisión de la información.
¿Qué es SD-WAN?
Una red de área extensa definida por software (SD-WAN) es un tipo de tecnología que utiliza los principios de las redes definidas por software (SDN) para gestionar y optimizar el rendimiento de las redes de área extensa (WAN). La tecnología SD-WAN permite a las organizaciones conectar de forma segura a los usuarios, las aplicaciones y los datos que se encuentran repartidos en distintas ubicaciones, al tiempo que disfrutan de un rendimiento, fiabilidad y escalabilidad mejorados. Además, la tecnología SD-WAN también simplifica la gestión de la red WAN con una visibilidad y un control de la red centralizados.
SD-WAN es un servicio virtualizado que conecta y amplía las redes empresariales para abarcar grandes distancias geográficas. Las redes WAN utilizan enlaces —como redes de conmutación de etiquetas multiprotocolo (MPLS), inalámbricas, de banda ancha, privadas virtuales (VPN) o de internet— para que los usuarios de las sucursales y las oficinas remotas tengan acceso a las aplicaciones, los servicios y los recursos de la empresa. De este modo, se facilita el teletrabajo desde cualquier lugar. Además, los dispositivos SD-WAN supervisan el rendimiento de las conexiones WAN y gestionan el tráfico con el fin de mantener siempre altas velocidades y optimizar la conectividad.
La tecnología SD-WAN supera los retos que plantean las redes WAN tradicionales, pues permite a los profesionales que se ocupan de las redes optimizar y proteger la conectividad WAN de una forma más sencilla. Las redes SD-WAN se basan en software y están configuradas para gestionar distintos tipos de tráfico y de condiciones en tiempo real. Además, se adaptan a los cambios con rapidez y ofrecen una seguridad y fiabilidad mejores que las WAN tradicionales.
¿Qué es una VPN?
Una red privada virtual (VPN) establece una conexión VPN cifrando la conexión a internet de un dispositivo. Gracias a la creación de un túnel VPN seguro, se garantiza la confidencialidad de todos los datos que se transmiten entre el dispositivo e internet. Las organizaciones utilizan las redes VPN para defenderse de las ciberamenazas, mientras que los particulares lo hacen para disfrutar de privacidad y ocultar su huella digital, pues cuando se utiliza una VPN, el dispositivo parece estar en la misma red local que el servidor VPN. La VPN dirige el tráfico del dispositivo por su conexión cifrada, con lo que garantiza el acceso seguro a las redes o los sitios web a distancia ocultando la dirección IP del dispositivo.
¿En qué se diferencian SD-WAN y VPN?
Si comparamos SD-WAN con otras soluciones de red, en especial las VPN, podemos observar varias diferencias y semejanzas.
Arquitectura y funcionalidad
SD-WAN es, antes que nada, un enfoque para gestionar redes de área extensa (WAN) mediante métodos definidos por software. Ofrece el potencial necesario para un sistema centralizado, nativo en la nube y escalable que dirige el tráfico según una serie de políticas de seguridad, calidad del servicio y empresariales. En cambio, la red VPN establece un túnel entre dos puntos para garantizar la confidencialidad de los datos que se transmiten.
Gestión del tráfico
La tecnología SD-WAN dirige el tráfico de forma inteligente por diversos tipos de conexión, como MPLS, banda ancha o LTE, seleccionando la mejor ruta según cuáles sean las condiciones de la red en cada momento con el fin de optimizar el rendimiento. Las redes VPN dependen principalmente de un solo enlace y suelen enviar todos los datos por esta conexión.
Aspectos relacionados con el rendimiento
La tecnología SD-WAN ofrece funciones avanzadas como la selección dinámica de las rutas y el enrutamiento con reconocimiento de aplicaciones, garantizando una latencia reducida y una experiencia del usuario mejorada. Las VPN dependen de la red internet pública y pueden sufrir problemas de latencia, sobre todo cuando los datos recorren grandes distancias en momentos de tráfico intenso.
Consecuencias para la seguridad
Aunque las redes VPN, por su propia naturaleza, ofrecen un pasaje seguro para los datos, existen amenazas potenciales, pues siguen basándose en la red internet pública y eso las hace vulnerables a diversos tipos de ataque. En cambio, la tecnología SD-WAN ofrece cifrado de extremo a extremo en toda la red y se presenta integrada con herramientas de seguridad modernas —como cortafuegos de nueva generación (NGFW), servidores perimetrales de acceso seguro (SASE), y agentes de seguridad de acceso a la nube (CASB)—, lo cual se traduce en una estrategia de seguridad superior.
Perspectivas en materia de costes
Dada su sencillez, las redes VPN suelen ser la opción más económica, sobre todo para las empresas que tienen pocas oficinas y redes menos complejas. La tecnología SD-WAN, aunque pueda salir más cara, brinda una solución de red completa con un rendimiento y una seguridad mejores, con lo que puede resultar más adecuada para las empresas más grandes con requisitos complejos.
Mantenimiento y escalabilidad
La tecnología SD-WAN destaca por su escalabilidad. Debido a su naturaleza centralizada y nativa en la nube, permite añadir nuevas instalaciones o ajustar las políticas de forma sencilla y sin necesidad de grandes cambios. Las redes VPN, aunque en principio parezcan más sencillas, se pueden volver engorrosas por las dificultades que conlleva la gestión de conexiones individuales de punto a punto.
En visibilidad
La tecnología SD-WAN ofrece una transparencia excelente, con información en tiempo real sobre el tráfico y el rendimiento de las aplicaciones. Las redes VPN, aunque son seguras, permiten ver la actividad de la red de forma limitada, así que la tecnología SD-WAN es una mejor opción si se necesita una visibilidad completa.
¿En qué se parecen SD-WAN y VPN?
La función de ambas tecnologías es establecer conexiones de red seguras por internet, garantizando que los datos conserven su confidencialidad y sean inmunes a posibles brechas. Asimismo, ambas permiten el acceso remoto a una red centralizada, para que los empleados y usuarios puedan conectarse a recursos corporativos cruciales estén donde estén. Estas semejanzas se deben a que ambos tipos de redes dependen de internet, lo cual les permite funcionar sin necesidad de una infraestructura propia especializada.
Además, tanto la tecnología SD-WAN como VPN cuentan con mecanismos para dirigir el tráfico. Mientras que la tecnología SD-WAN selecciona la ruta de forma dinámica según las condiciones de la red en tiempo real, las VPN también determinan por dónde pasan los datos, aunque de forma más estática, y por lo general envían el tráfico a un concentrador de VPN centralizado que afecta al rendimiento y al acceso. Este enrutamiento garantiza la eficiencia de la distribución de los datos y optimiza los costes del ancho de banda. Por último, su versatilidad es significativa: ninguna de las dos tecnologías se limita a un protocolo de comunicación específico, lo que demuestra su capacidad de adaptación en distintas situaciones.
Cómo elegir entre SD-WAN y VPN
Elegir entre SD-WAN y VPN depende de los requisitos particulares de la empresa. Ambas tecnologías ofrecen soluciones de red seguras, pero las metodologías, complejidades y ventajas de cada una son diferentes.
Requisitos de la organización
En primer lugar, es fundamental saber qué necesita exactamente la organización. Las empresas de menor tamaño con un número limitado de conexiones remotas tal vez prefieran la sencillez y el coste asequible de las redes VPN. En cambio, las grandes empresas con redes extensas, sobre todo las que dependen de una infraestructura en la nube, quizá se inclinen por la tecnología SD-WAN, por su mayor flexibilidad y su rendimiento optimizado.
Análisis detallado de las funciones
La tecnología SD-WAN destaca por ofrecer enrutamiento del tráfico en tiempo real basado en el estado de la red, lo que permite optimizar la distribución de los datos. Además, engloba funciones como red de área local (LAN), red de área extensa (WAN), seguridad y rendimiento de las aplicaciones en una sola plataforma, lo que da lugar a un enfoque consolidado imbatible. Esta integración, esencial para la transformación empresarial, está fuera de las posibilidades de las redes VPN tradicionales.
Las redes VPN, por su parte, aunque son más básicas, brindan un canal seguro para transmitir los datos por internet. Aunque su funcionamiento es fiable, sin las funciones de gestión del tráfico adaptativa de la tecnología SD-WAN, de vez en cuando pueden encontrarse con cuellos de botella.
Implicaciones en cuanto a los costes
Aunque la tecnología SD-WAN suele requerir una inversión inicial mayor por la complejidad de su diseño, puede salir rentable debido a la mejora del rendimiento de la red y al ahorro que se puede lograr al reducir los tiempos de inactividad. Las VPN, al ser más sencillas, suelen tener un coste menor, lo que hace que sean una opción interesante para las empresas con un presupuesto más ajustado.
Perfiles de seguridad
Debido a su diseño de varios puntos, es posible que la tecnología SD-WAN parezca más expuesta, pero muchas soluciones SD-WAN modernas incorporan protocolos de seguridad avanzados para mitigar las amenazas. Como existen desde hace más tiempo, las redes VPN tienen un marco de seguridad sólido, pero no son inmunes a los ciberataques. Además, hay que tener en cuenta que los usuarios pueden desactivar las VPN.
Evolución y trayectoria futura
La elección entre la tecnología SD-WAN y VPN no es solo una cuestión técnica, sino que depende de la estrategia empresarial. Cada opción tiene sus pros y contras, así que para decidir con conocimiento de causa es crucial valorar bien las necesidades de red actuales y las que se prevén en el futuro, el presupuesto disponible y las rutas de escalabilidad preferidas.