Los proveedores de servicios de seguridad gestionados (MSSP) se enfrentan a los mismos problemas que los equipos de operaciones de seguridad: herramientas independientes, fuentes de datos aisladas y procesos incoherentes. Sin embargo, al trabajar con diferentes clientes, estos retos son todavía mayores y repercuten negativamente en el crecimiento y el margen de beneficio del negocio.
Un sinfín de herramientas de seguridad y fuentes de datos
Los clientes traen consigo multitud de herramientas que pretenden incluir en los servicios gestionados, por lo que la incorporación suele ser compleja y costosa. Esto no solo alarga el proceso de incorporación, sino que también retrasa la obtención de beneficios.
Procesos ad hoc y manuales
Los procesos manuales e incoherentes impiden el crecimiento del negocio sin incurrir en costes elevados y hacen que el servicio que se presta al cliente no sea uniforme.
Escasez de profesionales y abandono de los analistas
Los analistas de seguridad deben lidiar con la fatiga que les producen las herramientas de seguridad y la ingente cantidad de alertas que estas generan. Las cargas de trabajo que deben gestionar son abrumadoras y tediosas, lo que provoca problemas relacionados con la rotación de empleados. Los MSSP deben automatizar la gestión de las alertas para que los analistas tengan más tiempo y puedan centrarse en tareas de mayor valor añadido.